Seguridad privada para el sector Cultura. Es el tema de éste artículo de la periodista Marcela Morales Gómez.
El patrimonio cultural de una nación es casi imposible de valorar económicamente, ya que su representación corresponde al devenir de un país, a un conjunto de bienes materiales e inmateriales que se han acumulado a través de su historia. Cualquier acción que ponga en riesgo alguna de estas manifestaciones culturales representa una gran pérdida para la memoria de un territorio o sociedad.
Los legados culturales se clasifican desde lo arqueológico, arquitectónico, histórico, artístico, paleontológico o, incluso, intelectual, y están representados desde una fortificación militar, como el caso del castillo de San Felipe, en Cartagena, hasta una refinada pieza del Museo del Oro, en Bogotá, lo cual supone conocimiento y un especial cuidado en lo que se refiere a su protección y preservación.
Los riesgos también están presentes en este patrimonio y deben clasificarse de acuerdo con su naturaleza y ubicación. Encontramos un patrimonio material inmueble, aquel que no puede ser trasladado de un lugar a otro, como el caso de monumentos, edificaciones coloniales y republicanas o de un sitio arqueológico. Dentro de esta categoría también se encuentra el patrimonio que tiene la posibilidad de trasladarse, como piezas precolombinas u obras de arte. O el patrimonio documental, aquel que se conserva en archivos en instituciones creadas para tal fin.